Este domingo el caniche cobarde y un servidor haciendo oídos sordos a las doctrinas del club salimos de concentración invernal destino Arguís.
La verdad que la salida estuvo muy bien ya que el ambiente motero fue bueno y el día salvo por el frío que hacía a primeras horas acabó con un sol radiante con el que daba gusto circular. Si, ya se que los más ortodoxos del club afirmarán que en el trayecto no había suficientes curvas, pero las suplimos a base de velocidad punta, ya que nos juntamos con dos liebres que parecía que les perseguían.
La quedada fue para variar en la gasolinera de la carretera de Huesca, para llenar el depósito y tomar el primer café de la mañana. El caniche cobarde haciendo gala de sus nervios llevaba un rato esperando cuando llegó el caniche lastre. Echámos rápidamente un café mientras aprovechamos para criticar en voz alta a todos aquellos moteros, ya sabéis política de nuestro club, odiamos al mundillo motero....
Aquí en la foto podéis ver al compañero caniche cobarde antes de montar. Por el gesto de constreñimiento de su mano podéis apreciar el grado de cague que tenía momentos antes de salir a carretera.
Una vez que estabamos a punto de salir, nos encontramos con el antiguo compañero de trabajo de Hugo, y futuro compañero nuestro en la salida a Pinguinos. Iba acompañado de un veterano en esto de las concentraciones así que decidimos probar a ir con ellos hasta Arguís. Él iba en una BMW LT y el veterano con una PanAm, dos barcos de crucero.
Salimos de la gasolinera y de primeras bien, 50, 80, 100, 120.... bueno parece que esto se anima, 140, joder que la V no está acostumbrada a estos ritmos , 150... no quiero ni pensar en el de la naked como irá... menos mal que en Zuera cojemos la carretera antigua y bajamos a 120...
Nos plantamos en Huesca en un pis pas y ala hasta Nueno pasando a "pringaos" a 150, 160, menos mal que llegamos a las curvas antes de Arguís y bajamos el piston (sí somos un poco acojonadetes...), sino tengo que cambiar de ruedas el mes que viene.
La verdad que una vez que llegas a la altura del embalse el ambientillo ya empieza a notarse a la par que mis yemas de los dedos no dejan de quejarse. Subimos por la carretera (por llamarla de alguna forma) hasta la altura del pueblo y aparcamos como podemos ya que a esas horas hay overbooking de motos.
Aquí se puede ver lo más cerca de pisar la nieve que han estado nuestras motos.
Una vez allí, de paseo hasta la concentración, sin parar de ver a kamikazes que te hacen preguntarte que clase de motero sin agallas eres tú que no puedes meter tu moto por una pista embarrada con una pendiente del demonio hasta un campo de hierba y todo por supuesto con alcohol en la sangre.
En fin, la verdad que la respuesta es simple: un motero sin pasta como para arriesgarte a que se te caiga y jodas algo de la moto.
La verdad que el sitio me pareció bastante chulo y pienso que en general salvo el frío de la noche la experiencia de una juerga allí debe ser bastante buena, pero bueno para otros tiempos los dejaremos, quizás.
Después de un rato por ahí de observación decidimos que lo siguiente era ir a lo que en realidad habiamos venido: almorzar.
Cojemos carretera y los veteranos nos llevan a un restaurante en la carretera que pasa por Yéqueda, un bareto abarrotado de moteros y con camareras tipo bar americano pero sin jarra de café aguachinado.
Al final del todo un par de huevos con jamón, chorizo, chistorra o albóndigas regadas con un buen tinto de la casa, culminan una jornada digna de cualquier caniche.
Durante la comida los veteranos nos cuentan sus historias y consejos de otras concentraciones y aprovechamos para quedar un poco en detalles del viaje que haremos a Pinguinos y al que todos los miembros del club están invitados.
La vuelta a casa os la podéis imaginar, rapidita, pero bueno al final, acabé perdiendo a los de los transatlánticos en el desvío de la Z-40, sin tiempo de despedidas.
En fin, esta es la historia de una concentración con buen tiempo y buena comida.
Saludos a todos, aprovecho para dejar aquí el resto de fotos.
ARGUIS 2008 |