viernes, 27 de agosto de 2010

VACACIONES A MIL

simplemente os dejo unas fotillos de las vacaciones para que veais la máquina rodante con la que lo pasamos en grande.........

aquí ya nos ponemos en modo HEAVY
Y COMO SOMOS UN GRUPO, PUES FOTO CON LOS TROTAMÚSICOS
Y AQUÍ.... PUES LO QUE SERÁ LA SEDE CANICHE EN AMSTERDAM

en fín, las fotos del viaje ya os las enseñaré un día que me deis permiso para aburriros, jejejee

lunes, 23 de agosto de 2010

QUÉ POCO DURA LA ALEGRÍA EN CASA'L POBRE

Bueno pues como todos sabéis ya, después de un viaje aciago así ha quedado la máquina. No se si os había dicho ya que estoy hasta los huevos de las motos!!
(AQUÍ PONDRÉ LA FOTO CUANDO PUEDA)

En fin voy a describir a grandes rasgos el viaje, más que nada para que no se me olvide, porque yo creo que me miró un tuerto o algo así.

Empecé el día atando la mochila a la moto... si si, me acordé bastante de las maletas de la BMW... menudo coñazo atar la puñetera mochila... se iba para todos los lados. Al final, haciendo más fuerza que Conan el Bárbaro estirando los ganchos y pulpos hasta su límite de estiramiento conseguí fijarla al asiento-portabultos. Además, cómo pesaba la jodía, pues entre la tienda, saco, autohinchable y, iluso de mí, ropa para 4 días, porque me lo iba a pasar super-bien por las pistas de Andorra.... yo creo que andaba por los 30 kg. Así, después de media hora estaba listo para partir.

Aprendí la primera cosa de la jornada: una vez que Conan ata la mochila es imposible recolocarla, y mira que lo intenté, igual paré 4 veces... y nada, seguía dándome en los riñones una y otra vez... 4 días me duraron las agujetas o moratones de los riñones, después de 400Km dándote golpecitos. Un golpecito no duele, pero mil.... es como la tortura de la gota de agua.

Al final intenté ignorar el dolor cual Rambo, y centrarme en el maravilloso paisaje que me iba encontrando. Esta vez subí por el Valle de Arán, que no lo concocía, y que me dejó una huella imborrable en la memoria... y en la cadera... en forma de coz de un hijo puta de caballo, que me agradeció de esa manera el maravilloso retrato que estaba haciendo de su familia, ojalá los conviertan a todos en hamburguesas cuanto antes. Además el cabrón, tuvo la puntería de acertarme en el brazo con el que estaba enfocando mi objetivo de la cámara del móvil, provocando un impresionante vuelo que mi LG Chocolate táctil jamás soñó que iba a dar, y mucho menos se esperaba el aterrizaje forzoso que hizo, por supuesto en una piedra, que provocó la rotura inmediata de su bonita pantalla acristalada.
Un kilómetro más adelante, otro precioso grupo de équidos, más bonitos que los de antes si cabe... así que vino a mi cabeza la frase "malo será", y me bajé de nuevo para hacer más fotos, esta vez con una precaución extrema. Pues bien, al terminar mi primera foto perfectamente encuadrada, ya sabéis como soy, me giro a echar un vistazo a la moto y veo a un gracioso potrillo ¡comiéndose mi guardabarros delantero! Sin pensarlo empecé a gritarle improperios para que dejase en paz la yamaha... y digo sin pensarlo, porque con el susto que le dí, perfectamente pudo haber saltado encima de la moto, pero en fin, por suerte no fue así y sólo dejó marcados sus preciosos piños en el plástico para siempre.

Qué bien me lo estaba pasando! ni media hora después estaba en el suelo. Curva paellera, como las mil anteriores, ni más ni menos, toqué el freno trasero un pelo más de lo normal... derrape y adiós... salida por orejas. Menos mal que iría a 20km/h como mucho y no hay que lamentar daños personales... pero a la XT.... ay mi XT!! plásticos rayados, manillar doblado, tubo de escape con un bollo de flipar y arañazos bestiales, pantalla rota en mil pedazos, y lo peor... llave doblada, cuentakilómetros con las tripas al aire y cara de gili que se te queda pa todo el día. Por suerte (jo que buena suerte), pude arrancar y llegar al camping de Andorra pues sólo me faltaban 20km.

Se me olvidaba, en la caída sólo le hice tres rayas al casco, ¿adivináis dónde? efectivamente, centradicas y a la altura de los ojos, perfecto, si hubieran sido las entradas del cine, serían las butacas rojas.

Por fin estaba en Andorra, y para empezar a disfrutar, nada más montar la tienda, periplo por todos los talleres de la comarca, pues por supuesto antes de salir de casa, con la bolsa de herramientas en la mano pensé, va! para qué las voy a llevar si nunca pasa nada. Igual tengo 6 juegos de llaves allen en casa.... con que hubiera cogido sólo uno!... Finalmente un buen hombre de un taller me ayudó a colocar todo lo que se pudo en su sitio y conseguimos enderezar la llave contra todo pronóstico. No me ha ido tan rápido nunca el corazón como en el momento de meter la llave desdoblada otra vez en la cerradura. Menos mal que entró bien y funcionó, aunque estuve al borde del paro cardíaco.

Con lo básico solucionado, me dirijo al concesionario de Yamaha por si tuvieran el plástico que se rompió. Me lo tenía que haber imaginado: Cartel en la puerta de “Vacaciones del 17 al 30 de Agosto”, por supuesto era 17 de Agosto.

Así que pensé, bueno, pues como no puedo hacer más, voy a relajarme en la piscina climatizada del camping y ahogo un poco las penas. Ya no sabía si reir o llorar al ver el horario de la piscina de 10 a 20 horas... eran las ocho menos dos minutos. Vuelve a la tienda a quitarte ese estúpido bañador y déjalo con todo el armario ropero que has traído para pasearlo también. Nada, pues me daré un ducha, Ah! que las estáis limpiando y no estarán hasta dentro de media hora!, vale pues nada, a la tienda otra vez y a ver si aguanto sin cortarme las venas.

Ni cené, me tomé una cerveza, pensando que me la tiraría por encima o algo así, pero no, conseguí tomármela sin más. A dormir que mañana será otro día.

Al día siguiente, por supuesto tenía clarísimo que me volvía ya para casa, recojo la tienda, ato la mochila (esta vez bien) y emprendo camino de vuelta sin desayunar... que aún me duraba la mala ostia. A la hora, claro, no podía más y paro a tomarme una café con leche y un “croasan” en un sitio muy chulo y me sentó muy bien, la verdad, estaba muy bueno. Pago, me monto en la moto pensando, parece que hoy va todo bien... se me cala la moto y al suelo otra vez. Se me cortó pronto la digestión del fantástico desayuno, me cago en su puta madre!! os juro que la dejé caer cuando ya sólo estaba a un palmo del suelo, pues bien, manillar más doblado que la nariz de Matías Prat. Super-cómodo andar así con la moto. Me volví a acordar del puto juego de llaves Allen.

Después de 15km jurando en hebreo, me paro, lo pego dos leches al manillar y lo dejo perfecto... me quedé perplejo y sobre todo... escéptico. No podía dejar de pensar que me iba a quedar con el manillar en la mano en alguna curva o algo por el estilo, pero después de unos km, olvido el percance y vuelvo a coger confianza en la máquina.

El resto del viaje no tiene más, salvo que como lo hice casi del tirón de las ganas que tenía de llegar a casa, casi tengo que llamar al Dr que le operó la espalda a Hugo pues la tenía como un cartabón y con un dolor insoportable.

Al fin llego a casa!! qué gozada, ya no me puede pasar nada más!!..... qué iluso. Me quito los guantes los dejo encima del cuentakilómetros para buscar las llaves del garage. Me quito las gafas, las dejo encima de los guantes... como hago siempre, abro la puerta, bajo la rampa e incomprensiblemente a las gafas les da por saltar de su sitio, dar un bonito triple mortal con tirabuzón y acabar justo delante de la rueda de atrás con la moto aún en movimiento. Sí, ya se que es metafísicamente imposible que acabaran allí, cayendo desde el cuentakilómetros pero así fue. Clic, Clic! las dos patillas rotas. Con que se hubiera roto sólo una ya era para tirarlas a la basura, pero se rompieron las dos, Clic-Clic, fue como diciendo Jódete-Cabrón. Esta vez lo tuve claro, ya me eché a reir, buscando la cámara oculta o al puto tuerto que me estaba mirando hacía dos días.

En fin, eso es todo y, por motivos obvios, no voy a acabar con el típico “a ver cuando lo repetimos” porque espero de corazón que no sea así.